Fue un Presidente impoluto, como lo calificado su principal adversario político, Leon Febres Cordero. Fue un profesional de la política, con formación jurídica, escritor de libros desde su juventud, que inició su participación política veinte años antes de ser Presidente de la República. Sus campañas políticas fueron tales, visitando a todas provincias del Ecuador, cuando consiguió adeptos para el Partido Izquierda Democrática, pintando con su color naranja todo sitio visible del país.
Creó un Partido con doctrina socialdemócrata y fue destacado legislador que entregó sus ideas y conceptos para la Constitución que se hizo antes de las Juntas militares que gobernaron el Ecuador. De la nada persuadió a cientos de miles de ecuatorianos a abrazar el ideario sobre la base de establecer una tercera vía que recogía lo mejor del capitalismo con lo mejor del socialismo, ideas y enfoques que transmitió a través de la capacitación política organizada durante los siete días de la semana y los treinta días del mes, para sembrar un partido que sirva al país con democracia y justicia social.
Como Presidente insertó al país en el concierto mundial, lo que fue apreciado por los Presidentes de Estado Unidos George W. Bush, de Francia François Mitterrand, Felipe González de España, Mario Soares de Portugal, Carlos Menem de Argentina, de Brasil, todos quienes lo invitaron a que el Presidente Borja haga Visitas Oficiales, que no eran frecuentes a otros países de Latinoamérica. Este prestigio internacional ayudó a que la deuda externa del Ecuador no se pague sino el treinta por ciento de sus vencimientos.
La política económica era previsible, pues con siete meses de antelación se anunciaba a cuántos sucres estaría el dólar oficial, con lo cual se evitó las especulaciones maliciosas o corruptas de quienes poseían los dólares. Impuso una real austeridad en el manejo presupuestario, que ayudó también a bajar la inflación de precios desde el 90% que recibió del gobierno socialcristiano al 47% cuando entregó el gobierno en 1992. Trató con respeto a los indígenas, cuidando que sus manifestaciones sean rebeldes, pero sin muertos, y concedió la formalización de las tierras del Oriente. Cuando terminó su gobierno tenía una popularidad del 47%. Desde entonces camina libre por su país, respetado y sin rencores.
Luego presento su candidatura presidencial hasta que en 2002 perdió ante Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa y León Roldós, después de lo cual dio por terminada su participación política y se dedicó a escribir su Enciclopedia de la Política, que es una obra de consulta en muchos países del mundo.
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