Estudiantes ecuatorianos ganan oro en la mayor competencia mundial de biología sintética

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Dieciocho estudiantes de la ESPE, ESPOL, Yachay Tech y la UDLA ganaron la medalla de oro en la categoría ‘Therapeutics‘ del International Genetically Engineered Machine (iGEM) Grand Jamboree 2025, la competencia más importante de biología sintética a nivel mundial, que culminó en París tras 10 meses de trabajo. Además, el equipo iGEM Ecuador 2025 recibió el reconocimiento a mejor presentación, y su proyecto quedó entre los tres mejores del mundo en su categoría. En este evento participaron más de 250 equipos, entre ellos de universidades como Harvard, Stanford y Oxford.

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El reconocimiento llegó por AvianGuard, una plataforma vacunal innovadora basada en probióticos genéticamente diseñados que funciona como un sistema de inmunización modular y adaptable. Aunque la influenza aviar se usó como caso demostrativo, el diseño del proyecto permite responder a distintos patógenos de interés, característica clave para la prevenir futuras amenazas sanitarias.

La propuesta combina una vacuna oral de doble acción. Por un lado, estimula al sistema inmune para generar memoria inmunológica; por otro, ofrece protección inmediata mediante anticuerpos ciclados más resistentes que actúan en las mucosas, donde muchos virus suelen ingresar y ocultarse.

A diferencia de las vacunas convencionales -que requieren cadena de frío, tres dosis y aplicación individual- AvianGuard está pensada para contextos rurales y productivos con recursos limitados: puede administrarse mezclada en el agua o el alimento y no necesita personal especializado.

🏅 ¿Por qué importa este logro para Ecuador?

Aunque en junio de 2025, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) declaró a Ecuador como país libre de influenza aviar altamente patógena, el proyecto AvianGuard se centra en la prevención. Zuriel Ganoluisa, estudiante de Biotecnología de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, explica que este estatus de no implica inmunidad permanente. Más bien es la ausencia de brotes activos detectados bajo protocolos de vigilancia. Pero la circulación constante de aves migratorias convierte la reintroducción del virus en un riesgo latente.

🧬¿Qué es iGEM y por qué no es solo un concurso de laboratorio?

iGEM es una competencia internacional de biología sintética en la que equipos universitarios desarrollan desde cero un proyecto científico para resolver un problema social. Puede ser en salud, ambiente, energía y alimentación. No se trata de experimentos. Los equipos deben diseñar el sistema biológico, validarlo experimental o computacionalmente, evaluar su impacto ético y social, trabajar con comunidades reales y comunicar el proyecto de forma clara y accesible. Todo esto define las medallas.

iGEM es una competencia de biología sintética con equipos de todo el mundo. Fotos: Cortesía 🦠 ¿Cómo nació AvianGuard?

La idea inicial surgió de Eduardo Moncayo, biotecnólogo y docente de la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí (ESPAM). Él propuso el concepto base: una vacuna oral basada en probióticos que incorporara proteínas bivalentes cicladas (anticuerpos diseñados para reconocer más de una parte del virus y modificados en forma circular para hacerlos más estables y resistentes dentro del organismo).

Desde la ESPE, que lidera la participación ecuatoriana en iGEM desde 2016, se tomó una decisión estratégica para 2025: dejar de competir como una sola universidad y abrir el proyecto a nivel nacional. La visión fue más ambiciosa: convertir el proyecto en un esfuerzo colectivo, explica Zuriel Ganoluisa. Así se sumaron estudiantes de la ESPOL, Yachay Tech y la UDLA. Entre los participantes ya había alumnos activos en clubes universitarios de biología sintética, biotecnología y software.

Durante 10 meses trabajaron de forma virtual, en reuniones semanales y dos encuentros presenciales. El proyecto creció entre simulaciones computacionales, revisión científica, trabajo con comunidades rurales y preparación para una defensa que, en París, debía condensar meses de trabajo en 20 minutos ante seis jueces internacionales. La explicación del proyecto tomó cinco minutos y la ronda de preguntas otros 15 minutos. Esa preparación les valió no solo el oro, sino el premio a mejor presentación.

🔍 Lo que hay detrás del proyecto de biología sintética

Detrás del reconocimiento hubo una realidad menos visible: no existió financiamiento institucional directo para participar en iGEM 2025. La inscripción al concurso costó 5 000 dólares, un monto que obligó a dedicar un año entero previo a recaudar fondos. Organizaron talleres, rifas, cursos, buscaron patrocinadores y aportaron recursos propios. Para el viaje a París, al menos ocho estudiantes contaron con el apoyo económico de sus familias para cubrir los gastos.

El proyecto se construyó con cuatro investigadores principales de la Universidad Politécnica de Valencia, de la ESPE y ESPAM, cinco instructores y siete asesores que acompañaron el proceso.

La estructura del equipo reflejó su diversidad: estudiantes de biología, biotecnología, ingeniería biomédica, ingeniería de software y mecatrónica. Todos organizados en comitivas, según fortalezas y recursos disponibles. Más que un proyecto aislado, iGEM Ecuador 2025 funcionó como una red de estudiantes que ya venían entrenándose para hacer ciencia más allá del aula.

🧠 Cómo llegaron hasta aquí: fortalezas y decisiones clave

El equipo sabía que enfrentaría límites técnicos. Parte del material genético necesario llegó con retraso por trámites aduaneros, lo que redujo el tiempo de trabajo experimental antes del cierre de la competencia. La respuesta fue estratégica.

“Sabíamos que no íbamos a tener tantos resultados de laboratorio, así que fortalecimos el modelo computacional y el Dry Lab (simulaciones matemáticas)”, resume Valentina Ramírez, estudiante de Biología de la ESPOL. A esto se sumó un fuerte trabajo de Human Practices, eje central de iGEM.

Cristina Lema, estudiante de Ingeniería Biomédica de Yachay Tech, participó en la interacción con comunidades rurales. “Comprendimos que la ciencia no debe hacerse para las comunidades, sino con ellas”. El equipo trabajó con productores de Cotopaxi, Imbabura y la Amazonía, incorporando sus necesidades al diseño del proyecto.

Matías Guevara y Nayeli Navarrete siguen trabajando en los laboratorios de la UDLA. 🧪 Claves para entender esta propuesta de biología sintética
  • Vacuna oral probiótica: se administra en agua o alimento, sin inyecciones.
  • Lactococcus lactis: bacteria segura, usada en alimentos y aprobada por la FDA.
  • Inmunidad activa: entrena al sistema inmune para generar memoria.
  • Inmunidad pasiva: neutraliza el virus presente en mucosas.
  • Diseño modular: adaptable a otros patógenos, no solo gripe aviar.
  • Dry Lab: simulaciones matemáticas previas al laboratorio.
👩‍🔬👨‍💻 Quiénes integran iGEM Ecuador 2025

El equipo estuvo conformado por 18 estudiantes:

  • ESPOL: Valentina Ramírez, Sebastián Franco, Krister Figueroa.
  • Yachay Tech: Aiden Escalante, Cristina Lema, Lilibeth Palacios, María Fernanda Santillán
  • UDLA: Matías Guevara, Nayeli Navarrete
  • ESPE: Johao Silva, Nathaly Azaña, Zuriel Ganoluisa, Kléver Chávez, Kevin Vargas, Alejandro Obando, Martín Suquillo, Juan Pablo Pinza, Martín Unaucho
Los estudiantes recibieron una capacitación con los investigadores Alejandro Vignoni y Yadira Boada. 🔮 Lo que viene para AvianGuard

El proyecto AvianGuard sigue activo en Ecuador. Las pruebas experimentales continúan en laboratorios de la UDLA, donde el equipo trabaja en completar la validación in vitro del probiótico diseñado. “No estamos tan lejos de ver el proyecto convertido en una solución real”, señala Matías Guevara. El siguiente paso-añade- depende del acceso a financiamiento para avanzar a la fase más aplicada.

Para Cristina Lema, de Yachay Tech, el valor del proyecto no se mide solo en resultados científicos. “Para iGEM no solo es importante la innovación, sino el impacto que tiene dentro de la comunidad objetivo”, dice. Ese enfoque marcó el trabajo con productores y actores del sector avícola, y orientó el diseño de una solución accesible y pensada para el territorio.

En esa línea, Zuriel Ganoluisa, de la ESPE, subraya que el mensaje de fondo es la soberanía científica: desarrollar capacidades locales para responder a amenazas sanitarias sin depender de vacunas que tardan años en llegar. Para productores de traspatio, explica, significa proteger su seguridad alimentaria; para el sector industrial, invertir en autonomía y resiliencia. Pero el mayor resultado está en demostrar que desde Ecuador también se puede generar biotecnología con impacto global.

Enlace externo: ¿Qué es la biología sintética?

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